La banca acuerda aplazar el Armageddon de los derivados y sigue cebando la “bomba”

Un cártel de 18 grandes bancos han acordado esta semana hacer la vista gorda entre ellos y no rescindir ni exigir más collateral cuando un contrato de derivados sobre pase los límites impuestos por las garantías. La decisión es importante porque el incumplimiento y la exigencia de garantías adicionales en el caso de los contratos con derivados puede fácilmente provocar una rápida reacción en cadena que convierta, en un abrir y cerrar de ojos, en insolvente al sistema financiero mundial.
El acuerdo se centra en los contratos de derivados cuyo valor suele venir determinado por el comportamiento de un determinado activos, ya sea tipos de interés, bonos, acciones o divisas. Los grandes bancos los suelen utilizar tanto cómo herramientas de cobertura cómo también cómo herramientas de especulación y a lo largo de los años han ido creando un mercado masivo, interconectado, difícil de valor y aún más difícil de controlar por parte de los reguladores.
Ahora con el acuerdo al que han llegado, cuando una de las contrapartes tenga problemas con el derivado y se vea obligada a presentar garantías adicionales o a liquidarlo, se le dará un tiempo de margen de maniobra para que tenga tiempo de liquidar otros activos con los que reforzar las garantías del contrato.
Os recordamos que sólo los cinco primeros bancos norteamericanos acumulan contratos de derivados por valor de $287 billones. Es decir cinco bancos norteamericanos tienen posiciones en derivados por 17 veces todo el PIB de los EEUU o más de 4 veces el PIB de todo el mundo.
Ahora con el pacto alcanzado, los grandes bancos, en caso de que los contratos con derivados entren en problemas, quedar cómo silenciosamente insolventes. Es decir serán insolventes pero nadie lo sabrá. Y ya sabéis, ojos que no ven, regulador que no siente.