La farsa de Nüremberg

 

La farsa de Nüremberg

NT.- El principal de los procesos que los aliados pusieron en marcha para juzgar a los jerarcas de la potencia vencida se inició el 20 de noviembre de 1945, sin embargo los procesos en general se extendieron hasta el año 1949. Es preciso poner de manifiesto dos cuestiones, por un lado el hecho de que fue la primera vez en la historia en que una potencia vencida era sometida a juicio por parte de aquellos que habían salido victoriosos de la conflagración en la que se habían enfrentado, y en segundo lugar que los componentes del tribunal que los enjuiciaba eran a la vez jueces y parte por cuanto formaban parte de las naciones vencedoras y que en aquellos precisos momentos mantenían una muy fuerte animadversión hacia los imputados. Otro aspecto fundamental que hacía de los procesos de Nüremberg un verdadero sinsentido fue el hecho de violar el principio básico de todo código penal civilizado que reza: “Nullum crimen nullum poenam sine legem”.

Este principio señala que ninguna persona que cometiese actos que en el momento de ser cometidos no estuviesen sancionados por la ley puede ser acusado ni condenado por tales actos. Pero este “alto tribunal” internacional, entre comillas lo de alto pues fue creado ex profeso y lo de internacional ya que incluía exclusivamente a representantes de las potencias vencedoras, se saltó este básico principio puesto que el papel fundamental era tan solo el de poner de manifiesto la responsabilidad del régimen nacionalsocialista, el de la Wermach e incluso el de jueces y diplomáticos en crímenes de guerra. Esto fue así aunque los que juzgasen perteneciesen a las naciones responsables de la matanza de Katin, de los bombardeos sobre Dresde o de los genocidios de Hiroshima y Nagasaki. Los juicios de Nüremberg fueron el primer acto, imprescindible, para poner en marcha el maniqueísmo que se ha desarrollado en torno a la segunda guerra mundial.

Pero el mismo transcurso y los métodos usados durante el desarrollo de estos juicios son en si mismos criminales. Métodos que por sí mismos invalidan las conclusiones de un proceso judicial sin garantía ni valor alguno.

Las formulas que se utilizaron en cualquier otro tribunal que pueda considerarse civilizado serían directamente desechadas, pero para que no pueda haber dudas con respecto a la veracidad, de lo que ahora vamos a referir nos basaremos en los testimonios de altos oficiales y personal jurídico aliado que nada tenían que ganar, más bien todo lo contrario, con realizar tales declaraciones.

El juez norteamericano Edward L. Van Roden señaló que investigadores americanos en el tribunal de los EEUU en Dachau, Alemania, usaron los siguientes métodos para obtener confesiones: palizas, apaleamientos que define como brutales, arrancar dientes y romper mandíbulas, realizar juicios simulados así como actuación de impostores que se hacían pasar por sacerdotes para lograr confesiones.

El senador norteamericano Joseph Mc Carthy, el 20 de Mayo de 1949 señaló en una rueda de prensa lo siguiente, transcribo literalmente: “ He escuchado a testigos y he leído testimonios que prueban que los acusados (en los juicios de Nüremberg) fueron golpeados, maltratados y torturados con métodos que no podían haberse originado sino en cerebros enfermos”.

Pero la gravedad no era, que es mucha, en que se utilizasen semejantes torturas sino que muchos de los acusados que se habían autoinculpado se retractaron de las declaraciones que habían sido obtenidas bajo tortura y tales retractaciones no fueron aceptadas por el tribunal que los estaba juzgando.

Es el caso de Julius Streicher, el cual manifestó al tribunal que le habían arrancado los dientes y que sujetándole la cabeza le habían escupido dentro de la boca. La respuesta de los jueces fue que nada de ello tenía que ver con el juicio, por llamarlo de alguna manera.

Otro testimonio que ha de ser tomado en consideración es el de Lord Hankey, el cual durante una sesión de la Cámara de los Lores en 1948 declaró: “Hubo algo de cínico y repugnante en el espectáculo de Jueces británicos, franceses y americanos, sentados junto a unos colegas que representaban a un país, que antes, durante y después de los juicios, había perpetrado más de la mitad de todos los crímenes políticos existentes.

Una de las normas por las cuales se regía el tribunal de Nüremberg es lo suficientemente elocuente para ver hasta que punto llegaba lo injusto del “juicio” y de lo realmente dudoso, siendo muy generoso con esta calificación, de lo que allí fue señalado como probado. Tal norma no era otra que la que sigue: “El tribunal no habrá de verse trabado por las reglas técnicas de la prueba, sino que podrá admitir toda prueba testimonial que estime tener valor probatorio”. Esta pauta dio lugar a que se admitiesen más de 300000 declaraciones por escrito o bajo palabra sin que estos testigos fuesen oídos bajo juramento, admitiéndose simples conocimientos de oídas o provenientes de terceros.

Hay que hacer hincapié en el tema de los campos de concentración y de los judíos ya que este fue el tema “estrella” de los juicios de Nüremberg.
Pues bien, ni siquiera se permitía a los acusados elegir a sus abogados defensores con lo cual muchos de los acusados se encontraron con que tenían dos fiscales y ningún defensor. El defensor que se asignó al antisemita Streicher fue el judío doctor Marx.

Según el jurista norteamericano Earl Crroll, el 60% de del personal del Ministerio Público se componía de judíos emigrados de Alemania. De hecho entre los empleados por el Tribunal de Nüremberg, apenas el 10% eran auténticos nativos americanos. Según Mark Lautern, jurista que siguió los procesos: “Vinieron todos los Salomon, Sholosberg y Rabinovitch que formaban parte del Ministerio Público”.

Además de todas las gravísimas irregularidades que hasta ahora se han señalado se pueden apuntar, sin ánimo de ser exhaustivo, estas otras:

-Se obstaculizó a los abogados defensores el poder preparar de modo concienzudo la defensa puesto que de modo “misterioso” se extraviaron varias de las pruebas que los defensores consideraban fundamentales.

-Varias de las citaciones de los testigos que solicitaron acusados y defensores no se llevaron a cabo.

-El fiscal presentaba cargos contra la declaración por la que el acusado decidía defenderse a sí mismo.

-Los abogados no podían examinar las pruebas que aportaban los fiscales pero en cambio debían entregar las suyas a los que se encargaban de la acusación.

Resultado de todo lo que hemos visto fueron por un lado las declaraciones que hizo en 1948 Sir Hartley Shawcross fiscal principal británico , declaraciones en las que señaló: “El proceso de Nüremberg se ha transformado en una farsa, me avergüenzo de haber sido acusador de Nüremberg como colega de estos hombres, los rusos”. Por otro el juez norteamericano Wennesturnt dimitió de su cargo en Nüremberg por considerar que su participación en tal mascarada constituía una deshonra tanto para él como para la justicia norteamericana.

Pero resultaba preciso poner en marcha todo este circo mediático para poder levantar después la visión maniquea a la que estamos haciendo referencia. Del mismo modo tal parodia de legalidad exigía que se llevase a término con un castigo, un castigo referido a los crímenes de guerra , exclusivamente del bando vencedor, pondría plenamente de manifiesto esa dicotomía moral que quería establecerse. Hermannn Goering resumió e una frase el pensamiento de acusados, defensores y observadores: “No era menester tanta comedia para matarnos”. El día 30 de Septiembre fueron promulgadas las sentencias y se fijó la fecha del 15 de Octubre para que se llevasen a cabo las ejecuciones. Antes de que llegase ese día se suicidaron el mariscal Hermann Goering y Henrich Himmler.

Cuando llegó el día 15 fueron ahorcados acusados de criminales de guerra:

-Joachin Von Ribentrop, cuyo cargo fue el de Ministro de Asuntos Exteriores desde 1938.
-Wilhem Keitel, Mariscal de campo y jefe del alto mando alemán.
-Alfred Jodl, General, jefe de operaciones del mando alemán.
-Julius Streicher,
.Ernts Kaltrenbruenner, General de las SS y jefe de la oficina de seguridad del Reich.
-Fritz Sauckel, Gaulitier de Turingia, estuvo al frente del programa de consecución de la fuerza de trabajo.
-Hans Frank, asesor jurídico de Hitler en los años treinta y posteriormente gobernador general de Polonia.
-Arthur Seiss Inquart, adjunto de Frank.
-Wilhem Frick, Ministro del Interior.
-Afred Rossenberg, Filósofo del partido y notorio antisemita.
Además de las condenas a muerte hay que destacar estas otras:
A 20 años de prisión:
-Albert Speer, arquitecto de Berlín, Ministro de municiones.
-Baldur Von Schirach.

A 10 años:

-Karl Doenitz, Comandante en jefe de la flota de submarinos alemanes hasta 1943, fue nombrado sucesor de Hitler para llevar adelante el armisticio. una vez que este se suicidó.

Y por último fueron condenados a cadena perpetua:

-Rudolf Hess, lugarteniente de Hitler y sustituto de este hasta que voló a Escocia en Mayo de 1941. Con lo cual su colaboración en la denominada “solución final” fue materialmente imposible.

Pero los procesos de Nüremberg continuaron hasta 1948, tiempo durante el cual se sentenció a millares de alemanes.

http://www.alertadigital.com/2014/09/05/la-farsa-de-nuremberg/?fbclid=IwAR1L9kFwfstBP1KqV4Q2UVMnpzFYaWszMTsxkMhvi_BRkRz4T8PJmrlTJOU

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