Las luces misteriosas del Valle de Hessdalen (Noruega)

Luces en una ladera, (a la derecha de la imagen) en el Valle de Hessdalen

Dentro de lo que llamamos Ufología, los avistamientos más comunes a estudiar se presentan bajo la apariencia de luces de diferentes formas, entre las que predominan las de forma esférica.

Es la parte menos impactante de esta fenomenología, atrayendo más nuestra atención los casos de avistamientos realizados a baja altura y no digamos ya los aterrizajes o los cuasi aterrizajes. Esto es así porque este tipo de avistamientos, los aterrizajes, suelen mostrar objetos claramente definidos, con aspecto metálico en numerosas ocasiones, con apariencia de aeronaves, que muestran algunas estructuras e incluso luces que podrían ser de posición o identificación, y que en el caso de los aterrizajes pueden dejar algún tipo de huellas o restos analizables, o advertirse, asociados a esas supuestas aeronaves, entidades que creemos podrían ser sus ocupantes o tripulantes.

En lo que se refiere a las simples luces, (en ocasiones no tan simples), estas se dan a bastante altura y no permiten una mayor o mejor identificación.

“Existen, entre el cielo y la tierra muchas cosas de las que no puedes llegar ni a imaginarte”, me dijeron en una ocasión unos astrofísicos canarios, durante una charla coloquial sobre el fenómeno OVNI.

Realmente es así. Y no hablábamos en este caso de supuestas aeronaves, sino de fenómenos más o menos conocidos, como podría ser la presencia de plasmas ionizados, que adoptan curiosas formas, entre las que no faltan las de disco o “platillo volante”, o de huso, como las llamadas “naves nodrizas”, y que dan esa falsa impresión de objetos sólidos o “naves” y no de simples gases. Quien hablaba mucho de estos plasmas era el desaparecido Duncan Lunan cuando se refería a la ciencia relativamente nueva por aquellos días llamada Magnetohidrodinámica.

Los sucesos que en Ufología se conocen como “Las luces de Hessdalen”, comenzaron en el año de 1981, concretamente en el mes de diciembre, y permanecen hasta la actualidad. Pero para ser exactos, hay noticias de este tipo de fenómenos desde el año de 1811, es decir, que la cosa viene de antaño. Podría ser algo permanente. Algo que siempre ha estado ahí.

Según las declaraciones de los testigos que observaban el fenómeno, lo que circulaba por los cielos de ese valle situado en Noruega, a tan sólo 8 kilómetros del Circulo Polar Artico, con una población muy diseminada que apenas llega a los 150 habitantes en un radio de 12 kilómetros, eran esferas luminosas, que cruzaban el firmamento algunas a grandes velocidades y que parecían mostrar un “comportamiento inteligente”.

Las luces no fueron cosa de una noche, solamente, sino que los fenómenos se prolongaron durante meses, y años, hasta el punto de que era habitual el observarlas.

Hay más. Al estudio del fenómeno acudieron grupos de expertos. Se trasladaron a la zona desde la Universidad de Oxtfold, entre ellos el ingeniero Erling Strand, y astrónomos desde los Estados Unidos, quienes no son precisamente “magufos”, como les gusta a los escépticos llamar a los ufólogos, así como enviados desde las Universidades de Oslo o Bergen. También fueron a la zona expertos de Defensa de Noruega.

Entre los científicos es de destacar la presencia de Boris Sminov, nominado para el Premio Nobel de Física. En fin, para qué seguir. Creo que personas muy serias y capacitadas se dieron cita en aquel valle noruego.

Estas personas inspeccionaron el lugar e instalaron equipos y cámaras que debían registrar aquellos avistamientos. ¿Y cuántos avistamientos, se recogieron?. Pues más de ciento noventa.

Mediante el uso de radares se calcularon las velocidades, cifradas en 8.500 metros por segundo, unos 25.000 kilómetros por hora, y además provocaban anomalías magnéticas. La detección por rádar no es prueba de que los objetos detectados sean sólidos, pues algunos plasmas solares son detectables por los radares.

Con el paso del tiempo, se comprobó que las citadas esferas tenían mayor presencia en momentos de tormentas eléctricas o cuando aumentaba la actividad solar. Este tipo de relación, luces-tormentas o luces-actividad solar, nos parece una explicación muy racional. Las luces aparecen sobre todo cuando hay bajas de tensión no explicadas suficientemente.

Uno de los experimentos que se realizaron con las luces fue apuntar a una de las esferas con un láser. La esfera pareció “contestar”, intensificando sensiblemente su luminosidad.

La prueba con el láser se llegó a realizar hasta en nueve ocasiones, y en las nueve se obtuvo esa “respuesta”. Este comportamiento aparentemente inteligente es lo que los científicos aún no pueden explicar satisfactoriamente, por lo que decidieron continuar con los estudios del fenómeno, sin tener una idea clara de cuanto allí estaba sucediendo.

Se apunta, también, a una posible relación de las luces o esferas con acontecimientos de tipo geológico en el valle de Hessdalen, que sería otra explicación plausible.

Estas luces aparecían en cualquier lugar, llegando a verse a escasos metros del suelo, o sobre los tejados de las casas. Podían verse varias veces al día, en las inmediaciones de este valle, aunque lo más normal era verlas por la noche.

Se estableció que se veían más en invierno que en verano. Eran de color blanco o amarillentas, las más comunes, que podían permanecer estáticas o alcanzar grandes velocidades. Podían tener algún punto, en ocasiones, de otro color. Sus formas eran muy variadas, predominando la esférica.Su rumbo era Norte – Sur, en su mayor parte.

A mayor altura aparecían luces similares a flashes de color blanco o blanco-azulados, de poca duración., pues jamás superaban el minuto.

Existía otro de tipo de luz, formada por tres luces blancas formando un triángulo, con una luz roja en el centro. La distancia entre estas luces era permanente y a esta disposición los testigos dieron en llamar “el objeto”. ¿Podrían estas últimas, ser luces de una estructura que las lleva como luces de posición?. Aquí la cosa ya se complica un poco. El rumbo de estos “triángulos” suele ser Norte-Sur, también.

Se formaron comités y convenciones de naturaleza ufológica y aunque no hubo una unánime conclusión, llegó a ser más generalizada la de que el fenómeno de Hessdalen era producido por un objeto u objetos de naturaleza totalmente física, de origen desconocido, científicamente medido. El hecho de que sean registradas por los radares refuerzan esta hipótesis.

Entre los años 1983 a 1985, se registraron 188 denuncias de avistamiento, con fotografías, filmaciones y detecciones de rádar.

Aunque el fenómeno ha ido a menos, todavía se siguen observando las citadas luces, aunque el número de avistamientos ha quedado reducido a unos 20 anuales.

En la actualidad se está tratando de explicar estas luces de variadas formas, como provocadas por un fenómeno natural desconocido, lo que obligaría a modificar algunos principios físicos establecidos.

La Asamblea General de la Unión Europea de Geociencia (EGU), 2012, insiste en señalar que el fenómeno es de origen desconocido.

El ingeniero Frank Purcell, comentando los datos que se presentaron a la EGU sobre estas luces comenta que:

“Los fenómenos luminosos son poco conocidos. Las esferas tienen la característica de ser fuertemente ionizadas, lo suficientemente fuerte como para emitir radiación visible con aire quemado, (el nitrógeno reacciona con el oxígeno para formar óxidos de nitrógeno). Sin embargo, no se conoce la fuente de energía para estas esferas. Ni siquiera se sabe si la fuente de energía es interna o externa a las propias esferas. El radón fue considerado, pero rechazado como fuente de la energía. Los seis estados diferentes, doblete, bola de fuego, (rayo globular), rayo de plasma, nube de polvo, flash y el estado invisible son probablemente los mismos fenómenos a diferentes energías”.

A esta Asamblea de la EGU, se presentaron muchos documentos y trabajos sobre las luces, algunos de los cuales llaman poderosamente la atención, como la explicación dada por los investigadores Farges, Blanc y Strand, que declararon que se había recibido una emisión de radio desconocida, de 3 Mhz. que se registró constantemente y que parecía cesar durante el día, así como en ciertas épocas del año.

Indicaron que se instaló y usó una antena de campo, para adquirir señales desde septiembre de 2010 hasta diciembre de 2011.

Es decir: estamos hablando de ahora mismo.

Indagando sobre estas misteriosas luces estuve leyendo algunos trabajos sobre las auroras boreales y encontré que se emiten ondas de radio entre 30 y 3.000 MHZ, y reciben el nombre de radio aurora. Otras emisiones esporádicas de señales de radio, de frecuencia muy alta, reciben el nombre de silbidos aurorales, y son debidos a la precipitación de los electrones.

¿Fenómenos naturales desconocidos o insuficientemente estudiados serían el origen de los fenómenos luminosos de Hessdalen?

Posiblemente sea así, y si la Ciencia llamémosla convencional dedicase más medios y sobre todo mayor interés en el tema, tal vez se pudiese aclarar de qué fenómenos estamos hablando.

De no ser así, de no tratarse de un fenómeno natural, habría que preguntarse qué o quién es el causante del avistamiento de este extraño fenómeno del Valle de Hessdalen.

Todo parece indicar, y posiblemente lo descubran así, que se trata de algún tipo de plasmas ionizados. El tiempo y la Ciencia lo dirán. Nosotros lo sospechamos ahora.

En este sentido deberíamos tener en cuenta, cuando hablamos de las luces de Hessdalen, las investigaciones llevadas a cabo por Michael A. Persinger y Gyslasine F. Lafreniere. Universidad Laurentian, de Sudbury, (Ontario).

Estos científicos han hallado que existe una correlación positiva entre fenómenos anómalos, llamaradas solares (una tormenta magnética en el Sol, con emisión de masa coronaria, CME) y fallas geológicas. Para llegar a esas conclusiones estuvieron revisando 1.242 casos ufológicos y 4.818 sucesos insólitos de todo tipo. Es interesante saber que los registros ufológicos son válidos para cualquier tipo de investigación y no se pierden en el limbo como creíamos.

Afirman convencidos de que los movimientos sísmicos, así como las explosiones en la superficie del Sol, pueden generar campos energéticos localizados, que en ciertas circunstancias dan nacimiento a plasmoides luminosos e incluso afectan al cerebro humano, interfiriendo en su funcionamiento normal originando con ello alucinaciones de naturaleza ufológica.

No es Hessdalen el único lugar de este planeta donde suceden fenómenos de esta naturaleza. Que sepamos existen unos 22 puntos geográficos donde se pueden observar estas luces de manera bastante frecuente.

En todos estos lugares los fenómenos luminosos se asocian a la constitución geológica y mineralógica del suelo.

De todas las personas dedicadas a la Ufología es sabido que esta relación luces-geología se produce en numerosas ocasiones, y que tales luces parecen predecir movimientos sísmicos. Como ejemplo tenemos los llamados “OVNIS”, (OVNIS en su verdadera acepción, no como supuestas aeronaves) que precedieron al terremoto de Japón, en 1966, en Pisco, en Perú, el 15 de agosto de 2007, o en Chile. el 27 de febrero del año 2010. Existen muchos otros ejemplos de estos avistamientos antes durante y después de los terremotos y erupciones volcánicas.

Muchos ciudadanos que vieron estas luces, antes y después del terremoto de Chile, afirmaron haber visto también seres de aspecto extraterrestre, incluso “parados ante sus casas”, lo que podría explicarse por los efectos que la actividad electromagnética, en esos momentos, pudo afectar a los lóbulos temporales de esas personas, produciendo alucinaciones.

Las luces de terremoto, como se ha dado en llamarlas, corresponden a un no tan inusual fenómeno luminoso, que se advierte en el medio aéreo, y que en ocasiones semeja su apariencia a la de una aurora boreal y otras a esferas o bolas de luz. Pueden adquirir otras formas. La citadas luces pueden ser advertidas también sobre el terreno, generadas por esos movimientos sísmicos.

Aparecen efectivamente en áreas de actividad tectónica, sísmica o volcánica, y son especialmente visibles durante las horas nocturnas. Sus características no han sido suficientemente explicadas, aunque se barajan distintas teorías.

El hecho de que se produzcan en ocasiones previamente a un movimiento sísmico o a una actividad volcánica podría dotarlas de un interés especial para la detección previa a estas manifestaciones geológicas.

Friedemann Freund un científico mineralogista estudió este tipo de luces en experimentos de laboratorio y descubrió algo interesante sobre las rocas.

Las rocas, que son aislantes de la electricidad, son en su superficie, sin embargo, “buenas conductoras”. Los granos minerales de las rocas están llenos de lo que él llama “imperfecciones” porque presentan átomos de oxígeno en estados imperfectamente ionizados, formando los llamados hoyos-p.

Estos hoyos-p llevan una carga similar a la de un electrón, pero positiva. Al realizar pruebas en el laboratorio, observó que en las rocas al aire libre los hoyos-p tienden a moverse y a fijarse en su superficie, con lo cual generan conductividad.

Ante un esfuerzo los hoyos-p se activan y pueden moverse a través de algunos tipos de rocas.

Al producirse un terremoto, pueden liberarse nubes de hoyos-p, que ascienden a través de las rocas y salen de la tierra en forma de plasma en estado sólido, con efectos como luces de terremoto, ondas de radio, emisiones de infrarrojos, perturbaciones en la alta atmósfera y pueden afectar a personas, (produciendo alucinaciones ufológicas) y al comportamiento anormal de los animales.

Todos estos datos son de un interés fundamental en Ufología y muy útiles en las investigaciones de esta fenomenología.

Angel Rodríguez Alvarez

FUENTES:

Duncan Lunan, ” A la escucha de las estrellas“, Barcelona, Librería Editorial Argos, 1977

Science Daily:

http://www.sciencedaily.com/releases/2011/04/110418084007.htm

WIKIPEDIA:

http://es.wikipedia.org/wiki/Aurora_polar

GEIFO: “Ufología y rayos globulares”:

http://geifo.es.tl/UFOLOGIA-Y-RAYOS-GLOBULARES.htm

Revista STENDEK:

http://www.telefonica.net/web2/cei/TStendek/N33/STE33A01.htm