Reflexiones para una Nueva Humanidad

Resulta difícil pensar como una sola persona podría ser capaz de cambiar el mundo. Esto lo hemos visto en diferentes ocasiones en la historia de esta humanidad en la que ahora vivimos. No obstante, si nos paramos a pensar en los cambios que realizaron algunos humanos, y otros no tan humanos en nuestra historia, no es difícil creer que si una parte importante de nosotros tuviéramos una mínima expansión de consciencia, las cosas hoy serían muy diferentes. Desde luego, a los demonios que nos gobiernan, hace mucho les hubiéramos dado una patada para que se vayan a joder con la dualidad a otro sitio. Me parece muy bien que para que haya luz deba haber oscuridad, pero por aquí los jodíos sionistas ya han fastidiado bastante, así que desde aquí les invito a que se busquen un agujero negro y se pierdan en él. Con un poco de suerte se los traga y los escupe en el universo más lejano al nuestro que exista.

Decía que han habido humanos, perdón Humanos, que han sido capaces ellos solo con el accionar desde su Consciencia, de cambiar el mundo. Sin embargo, la manipulación de los de siempre, se ha asegurado que ese cambio no fuera aprovechado por la Humanidad, sino más bien se les ha tergiversado y dado la vuelta, para que el efecto fuera el contrario.

Estos Humanos son mostrados hoy como vencidos, son denostados e insultados. Y cuanto más grande es el legado del Humano, con más odio es tratado por los miserables de siempre. Esa historia oscura y manipulada con la que somos machacados desde que nacemos, a través de la educación en el colegio y de los massmierdas de comunicación, no tiene nada que ver con lo que sucedió en la realidad. El 90% de la historia que nos han contado, es más bien una infumable novela de ficción.

Es bastante sencillo conocer quienes fueron benefactores para la Humanidad. No hace falta buscar mucho, fíjate en quien es el más demonizado, Adolf Hitler, o a quien se encargan de mostrar siempre vencido,  José Jesús Christo.

Cuando se llega a este punto en el que alguien empieza a cuestionarte lo prohibido, es cuando tu programa ego implantado pone en marcha todas sus protecciones…Alerta! Virus! Virus!…y entran en juego todos los mecanismos de defensa para que el código grabado a fuego que compone nuestra consciencia artificial, rechace cualquier paquete de datos que hable de la verdadera Humanidad.

Pero resulta que el código fuente que nos corresponde por consciencia genética, está ahí, hasta no hace mucho dormido por miles, pero comenzando ahora a activar los programas de desintoxicación, haciendo que, ese lavacerebros que los jodíos llaman educación y que yo llamo engendro deshumanizador, empiece a ser desmontado. La sorpresa viene cuando compruebas que las piezas van cayendo poco a poco, sin demasiada dificultad. Es tan grande el engaño, que cuando comienzas a cuestionarlo por ti mismo, es sumamente sencillo desmontarlo, hasta te sientes estúpido por haber vivido tantos años tragándote tantas falsedades. Como ejemplo, desmontar la farsa del holocuento, no te lleva más de diez minutos de análisis.

Y es en ese momento cuando entras en una fase de rabia e indignación, pero aparcas tu lucha contra ellos porque comprendes que primero te tienes que ocupar de ti mismo, recuperarte del golpe, abandonar el miedo a lo desconocido  y tratar de conseguir tu centro de gravedad, para desde ese estado, comenzar a renacer, a desmontar paradigmas, a aprender a vivir sintiendo, y comprender de verdad la experiencia en la que nos vemos inmersos.

Y es en ese camino, en el que llegas a un punto en el que comprendes que una persona con el Espíritu fuerte se convierte en un guerrero capaz de cambiar un universo, imaginad entonces que no podrían hacer doce, cien, o un millón de Humanos cultivando su Espíritu y accionando desde su Ser.

Por eso, no pienses que tu solo no puedes hacer nada. Recuerda lo que hiciste. Recuerda los momentos difíciles de las derrotas, con una mano apoyándote en el hombro de tu hermano y con pocas fuerzas para sujetar tu espada en la otra. Recuerda cuando no desfalleciste, y un día, las derrotas se tornaron en victorias. Recuerda como cada vez más y más hermanos se sumaron al propósito, y tu constancia y fortaleza, sirvieron de ejemplo a seguir por los recién llegados. Recuerda cuando los que nos asisten comprendieron que ya estábamos preparado para la batalla final y entendimos que todos éramos Uno. Recuerda el orgullo que sentimos cuando vimos nacer la Nueva Humanidad.

Recuerda, llena tu Espíritu con ese sentimiento y acciona, porque nuestro Deber ahora es manifestar esa realidad, y alcanzarla con Honor, es nuestro Propósito.

Cooper

La Consciencia de Ki

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